Dentro de Rumanía, la región de Moldavia no resulta tan turística como otras. Los valientes que decidimos perdernos por allí encontramos una gran recompensa en sus llanuras onduladas con atardeceres hipnóticos, así como en su rico arte monástico.
Nuestro primer destino fue Piatra Neamt. Esta urbe encajonada en un valle rodeada de
montañas y bosques, se encuentra sembrada de edificios históricos. Tras un breve paseo por su centro histórico, descubrimos que la ciudad atestigua un
pasado muy distinguido (Esteban El Grande fundó una corte real en Piatra Neamt).
Centro Histórico de Piatra Neamt |
Vistas exteriores de la ciudadela de Targu Neamnt |
Al caer la noche llegamos a Suceava, punto de partida para explorar el arte monástico de la zona. A juzgar por su pequeño centro, difícilmente podría parecer la segunda ciudad de la región rumana de Moldavia. La mayor parte de los servicios, restaurantes y puntos de interés están alrededor de la plaza 22 de Diciembre. Desde aquí, al día siguiente pusimos rumbo a los monasterios del sur de Bucovina, algunos de los más destacados de entre toda la cristiandad.
Plaza 22 de Diciembre |
Monasterio del Humor |
Escondidos en las laderas de los Cárpatos, estos
monasterios patrimonio de la Unesco, presumen de la genuina tradición rumana
ortodoxa. Las iglesias están fundidas con los frondosos bosques que las rodean,
y sus frescos, repletos de color y detalles, representan desde
pasajes bíblicos hasta escenas históricas como el asalto a Constantinopla del S. XV por manos de los
turcos, y que según muchos historiadores, marcó el fin de la Edad Media en
Europa.
Se construyeron por voluntad del príncipe moldavo Esteban el
Grande, quién posteriormente fue canonizado por su obra. Estos impresionantes
monasterios conservan frescos en perfecto estado tanto en el interior como en
el exterior, aunque los de las fachadas norte han desaparecido casi
por completo a causa del viento y la lluvia, el resto permanece en muy buen
estado de conservación. Desgraciadamente presentan algunos daños: sobre las
pinturas se pueden leer nombres de visitantes grabados desde los tiempos del
imperio austro-húngaro a nuestros días. Estos monasterios fortificados se
construyeron mediante la amenaza turca. Tanto los soldados que los protegían
como los aldeanos, eran analfabetos, además, las iglesias pequeñas podían
albergar muy pocos feligreses, por lo tanto, las pinturas exteriores ayudaban a
explicar los pasajes bíblicos y conceptos éticos.
Fresco exterior en el Monasterio de Moldovita |
El primer monasterio que visitamos al salir de Suceava fue
el Monasterio de Sucevita, el
monasterio más grande y desde nuestro punto de vista, el más bonito de toda
Bucovina. Presenta frescos como La
escalera de las virtudes y Los
milagros de Jesús.
Monasterio de Sucevita |
Para llegar al siguiente monasterio hay que seguir avanzando por una carretera de montaña hasta alcanzar el paso de Ciumara, apodado "La Palma" por el gran monumento en forma de mano que lo preside. Lleno de artesanos, es un buen lugar para disfrutar de las vistas y tomar un mici recién hecho.
Vistas desde el "Paso de Ciumara" |
Al bajar del puerto nos encontramos el Monasterio
de Moldovita, conocido por los frescos de La historia de la vida de Jesús y El asedio a Constantinopla.
Interior del Monasterio de Moldovita |
Desde allí, seguimos la carretera hasta el Monasterio de Voronet, templo famoso por presentar un color específico, el “azul de voronet”, dónde uno puede
disfrutar, por ejemplo, del fresco de El
Juicio Final.
Fresco Oeste del Monasterio de Voronet |
Torre de vigilancia en monasterio del Humor |
Monasterio del Humor |
El último monasterio que visitamos fue el Monasterio del Humor. Además de sus maravillosos frescos como La Anunciación y La vida de San Nicolás, la torre de este monasterio fortificado ofrece unas excepcionales vistas de la zona y alrededores. Cabe destacar que el estrecho paso de la escalera se diseñó para que los soldados defensores pudieran matar a los atacantes turcos de uno en uno, por lo tanto, subir y bajar supuso un auténtico desafío.
Finalizada la ruta monástica, pusimos rumbo a la segunda urbe mas grande del País; Iasi.
Texto: Enrique de Paz
Fotografía: Silvia Blanco
Texto: Enrique de Paz
Fotografía: Silvia Blanco
es muy interesante lo que nos cuentas y muy bien relatado hijo
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