Entre las costuras de imponentes
montañas, playas de agua verde esmeralda y locales desbordados de vida, el
pequeño país de Montenegro demuestra, una vez más, que las mejores cosas vienen
en dosis reducidas.
|
Isla Sveti Stefan |
No creo que exista otro país
en el mundo en el que la sensación de atravesar un puerto de montaña se
prolongue hasta llegar al mar. Cada kilómetro por carretera nos proporcionaba
una compleja admiración compartida entre, el asombroso paisaje, y una carretera
vertiginosa de dos carriles, anegada de túneles sin revestir y acantilados. Una
auténtica obra de ingeniería.
|
Carretera nacional montenegrina |
Y de repente, colina abajo y con una panorámica costera inconfundible, la ciudad de Budva.
|
Panorámica de la costa y ciudad de Budva |
Budva
Ya sea por sus más de 11.000
metros de playas, por su vasta herencia cultural y hermosa arquitectura, o por su
animada vida nocturna y sus precios competitivos, Budva, el destino
montenegrino más visitado del país, se presenta como un firme candidato a
liderar el turismo del adriático.
|
Playa a 15 km al norte de Budva |
Aunque nuestro apartamento
se encontraba a 25 minutos tanto de la ciudad vieja como de la línea de playa, las
carreteras parecían estar destinadas a descongestionar el tráfico de peatones
por las aceras. Un flujo ininterrumpido de turistas se congregaba desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la
noche.
Ya en el paseo
marítimo, y observados por grandes complejos de playa (muchos aún en
construcción), la marea turista se volvió más agradable y organizada. Con
amplios paseos repletos de restaurantes para todos los gustos y bolsillos -con
el marisco como rey de la mesa-, se planteaba como una buena opción para comer
a cualquier hora del día, o de la noche. Restaurantes que utilizaban la parte de la playa contigua al paseo marítimo para
colocar unas mesas supletorias, puestos de souvenirs o pescaderos ambulantes que cambiaban ostras por euros, eran algunas de las opciones que este pintoresco paseo brindaba al turista.
|
Venta de pescado ambulante en el paseo marítimo |
Paradójicamente y a pesar
del mogollón turista, la temperatura del agua, la arena fina, etc. casi nadie se
bañaba en la playa. La explicación la encontramos en que, por un lado, la bahía
de Budva comparte sus aguas con el puerto, así como con numerosas embarcaciones
de recreo que vierten aceites y fluidos continuamente al agua, el cual no se
recicla debido a la escasez de corriente y oleaje. Y, por otro lado, como
comentamos al principio, Budva esta encajonada entre el mar y un muro vertical
de montañas, por ello, gran parte de los vertidos producidos por la ciudad
terminan en el mar. Estos dos factores provocan que la calidad del agua de la
playa solo sea apta para aventureros, o necios.
|
Anochece en el paseo marítimo de Budva |
Al final del paseo marítimo,
en dirección oeste y sobre una pequeña península amurallada, llegamos a la
ciudad vieja (Stari Grad). Algunos historiadores afirman que se trataba de una
isla, que luego se unió a la costa mediante una lengua de arena. Con una
arquitectura de estilo veneciano, la ciudad vieja parece incitar a perderse por
sus calles estrechas y plazas pequeñas.
|
Escultura de la sirena con la ciudad antigua al fondo |
Desde la bailarina y a unos 100
metros, se llega a otro de los secretos mejor guardados de la ciudad: la playa de Mogren. Esta pequeña cala refugiada de embarcaciones y yates de lujo, resulta ser perfecta
para relajarse en su mirador, disfrutar de un baño, o alucinar con los
plegamientos de los muros de piedra que la escoltan.
|
Playa de Mogren |
Sveti stefan
Situado a 8 km al sur de Budva, este complejo turístico privado se ha convertido en una de las estampas típicas de Budva, e incluso de la costa montenegrina.
|
Sveti stefan |
A pesar de que en sus orígenes se trataba de un pequeño pueblo pesquero, a día de hoy, disfrutar de una noche en este pueblo-isla no está al alcance de todos los bolsillos.
|
Noroeste del complejo |
Originalmente isla, actualmente se encuentra unido al continente por un istmo artificial en donde unos guardas de seguridad controlan el acceso.
|
Suroeste del complejo Sveti Stefan |
|
Detalle del color azul turquesa del agua |
Las playas que se encuentran a ambos lados del complejo, también son privadas. Su uso y disfrute es algo exclusivo de sus lujosos habitantes.
|
Playa sur de Sveti Stefan |
"Afortunadamente", disfrutar de la belleza de este lugar, a día de hoy, sigue siendo "gratis".
|
Complejo turístico Sveti Stefan |
Cueva Lipa Cave
A escasos 30 km de Budva encontramos otra joya natural que se suma al espectacular patrimonio natural de este país, en este caso, bajo tierra.
Desde el parking, un trenecito tirado por un tractor es el encargado de llevarnos hasta la entrada de esta cueva kárstica, una de las mas grandes del país.
|
Trenecito turístico en Lipa Cave |
|
Entrada a la Lipa Cave |
Situada en una región predominantemente calcárea y con uno de los mayores índices de precipitación del país, esta cueva reúne multitud de formaciones kársticas; estalactitas, estalagmitas y columnas de dimensiones desproporcionadas se distribuyen por toda la cueva.
Como curiosidad, en esta cueva se han grabado varios videoclips de famosos grupos montenegrinos, como por ejemplo, la canción "Highway" de la banda Sam. Además, una vez al mes, sirve como excelente auditorio para conciertos acústicos.
|
Nave principal de la cueva |
Desde la salida de Lipa Cave, y con una imponente panorámica de la cordillera Crna Gora, nos despedimos de Budva, pero no de Montenegro.
Un gustazo ver todos tu relatos viajeros
ResponderEliminarGracias Ali. El gusto es nuestro de tener a una lectora con alma viajera como tú. Un abrazo
Eliminar