La 7C, la carretera
más alta del país, votada por el programa televisivo Top Gear como la mejor
carretera del mundo, es una experiencia inolvidable al volante. Esta carretera
de dos carriles acomete audazmente la cordillera más alta de Rumania, las
montañas de Fagaras. Denominadas por Emmanuel de Martonne en 1907 como “Los
Alpes de Transilvania” son sin duda las montañas más impresionantes del País.
La carretera de
Transfagarasan, el proyecto más celebrado de Ceaucescu, se construyó en la
década de 1970 en solo cuatro años y medio antes de su inauguración en 1974.
Fueron necesarios seis millones de kilos de dinamita para explosionar 3,8
millones de metros cúbicos de roca y 38 personas murieron durante su
construcción. El proyecto encajaba con la megalomanía del dictador, pero
también respondía a otros motivos prácticos. Aunque haya otras rutas al este y
el oeste que garantizan más fácilmente la comunicación norte-sur, parecía
sensato asegurar el paso de los Cárpatos por la frontera tradicional entre
Valaquia y Transilvania por si atacaban los soviéticos (Como habían hecho en
1968 en Checoslovaquia).
Carretera de Transfagarasan |
La carretera comienza en el sur,
en Pitesti, y acaba al norte, en la carretera 1 (118 km en total): lo habitual
es recorrerla desde el norte, donde tras 35 km se llega al inolvidable lago glaciar
de Balea (2034 m).
Vista a los pies de la Cascada Balea |
Hay puestos de recuerdos, un restaurante y el refugio, además de un teleférico que sube hasta el lago Balea. Desde el refugio, comienzan una serie de rutas de senderismo, entre las cuales, una que sube hasta el lago. En nuestro caso, tomamos la ruta de ida y vuelta que llega hasta los pies de la cascada, ya que hasta el lago subiríamos por la carretera. Una vez bajo la cascada, impresiona la fuerza con la que el agua rompe tras varios metros de caída libre que asemeja a un relámpago en un cielo nublado.
En invierno, cuándo la nieve lo cubre todo, si se quiere llegar hasta el lago Balea, hay que dejar el coche en Cabana Balea Cascada y subir con el teleférico hasta arriba ya que la carretera permanece cerrada desde este punto de octubre a mayo. En nuestro caso, al acudir en pleno agosto, no tuvimos ningún problema en ascender hasta arriba con el coche.
Tienda y bicicleta en el Lago Balea esperando la noche |
Es importante recordar que esta ruta no la recorre ningún transporte público, por lo que la única forma de llegar hasta este punto es mediante transporte privado.
Los restantes 13 km
de subida hasta el lago, entre tremendas vistas, son un laberinto vertiginoso
en zigzag que parece estar inspirado en un scalestrix.
El clímax llega en
el lago Balea, que se extiende como un espejo entre las rocas. Junto al lago se
encuentran varias Cabañas con restaurante y habitaciones, además de los numerosos puestos de venta ambulante de productos típicos al pie de la carretera. En invierno se
construye el Ice Hotel, con paredes, pasillos, pilares, camas y esculturas de
hielo.
Lago Balea |
Puesto de gastronomía típica en la carretera a la altura del Lago Balea |
Nevero estival en Lago Balea |
Panorámica desde la presa del Lago Vidraru, uno de los principales atractivos de la carretera 7C |
Presa abovedada de 165 m de caída (izquierda) y monumento a la energía en la central hidroeléctrica (derecha) |
Más allá del lago, muy cerca de la carretera, se levanta la ciudadela de Poienari, el “verdadero” castillo de Vlad Tepes. En este bucólico valle, y fantaseando con un tiempo en el que por estos bosques imperaba la ley del miedo, pusimos fin a nuestro viaje.
Ciudadela de Poienari |
Texto: Enrique de Paz
Fotografía: Silvia Blanco
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