Viviendo en una de las comunidades húngaras más importantes de Transilvania (País Székely), no podíamos desaprovechar la ventaja de conocer algunas frases en el que presume de ser el segundo idioma más complicado del mundo, después del chino.
Tras cerca de mil años perteneciendo al mismo
gobierno, no es de extrañar la gran cantidad de parentesco que a día de hoy
sigue latente entre Hungría y Transilvania, por lo tanto, hay un tráfico diario
de viajeros en autobús, que conectan a los magiares transilvanos con los de
Hungría.
Dentro de uno
de esos autobuses de húngaros habitantes de una tierra a la que no consideran
patria, llegamos a Budapest, una de las ciudades más bonitas de Europa.
Ciudad de ciudades, Budapest no adquirió este nombre hasta la unificación de 3 poblaciones; Obuda, Buda y Pest.
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Estampa nocturna bajo el puente de las Cadenas con el Castillo de Buda al fondo. |
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Basílica de San Esteban |
Comenzamos la disección de la capital húngara
desde uno de sus edificios más emblemáticos, la Basílica de San Esteban, que
rinde homenaje al primer rey de Hungría. Dentro de la Basílica, se encuentra la
mano del santo al cual rinden homenaje cada año y le honran como uno de los
héroes nacionales. Según cuentan, gracias a su pericia militar y a sus triunfos
estratégicos contra el avance de los turcos, el cristianismo en Europa
occidental sobrevivió al imperio Otomano.
Como dato curioso, además de atesorar la mano
de San Esteban, en la Basílica se encuentra enterrada una de las celebridades
contemporáneas húngaras, Ferenc Puskas. Tras su jubilación como futbolista
profesional, apostó por el deporte nacional creando numerosas escuelas
deportivas.
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Partido de octavos de final entre Hungría y Bélgica |
Desde allí ponemos rumbo hacia Vaci Utca, una
de las calles peatonales más transitadas por los turistas. Tras pasar por la
plaza de Vorosmarty, donde conviven símbolos modernos de la ciudad como Hard
Rock Café, con clásicos como el Gran Café Central o la pastelería Szamos,
llegamos finalmente a Vaci Utca. Esta calle kilométrica supone un paseo muy
agradable para el turista, pero no lo es tanto para tomar una cerveza, ya que los
precios ascienden hasta el doble aprovechándose de las circunstancias.
Nuestra visita coincidió con la primera eliminatoria de la Eurocopa, dónde Hungría se clasificó como primera de grupo y despertó un gran interés en todo el País. Pudimos disfrutar de los octavos de final en las numerosas terrazas en las que reinaba un ambiente futbolero.
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Interior del mercado |
Dejando de lado el puente de Elisabeth, uno de
los tantos que conecta la ciudad de Buda con la ciudad de Pest a través del río Danubio, llegamos al mercado central. Con una larga historia a sus espaldas, se
presenta como el mercado más grande construido en la ciudad dos siglos atrás. Presenta una oferta innumerable de productos de todo tipo donde uno puede disfrutar de varias
horas paseando y observando a la gente local.
Si con tanta compra aprieta el hambre, la parte superior está destinada a puestos de comida
bastante baratos dónde se puede compartir mesa (literalmente) con turistas y locales
a partes iguales.
Saliendo del mercado, tomamos la orilla del río para llegar hasta el plato
fuerte de la ciudad, el Parlamento. Dejando a mano izquierda los puentes de
Elisabeth y el puente de las Cadenas, llegamos al centro de la soberanía del
país. Este imponente edificio de finales del S. XIX se alza a las orillas del
Danubio y representa una de las postales más típicas de la ciudad. De la misma
altura que la basílica de San Esteban, la visita merece mucho la pena al caer la noche. Especialmente iluminado, el parlamento de Budapest, orgullo del
pueblo húngaro, es sin lugar a dudas, uno de los más bonitos del mundo.
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Parlamento de Budapest |
Nos salimos por un rato de la ciudad de Pest
para adentrarnos en la parte de Buda. A través del puente de las cadenas, también conocido como puente de los leones, cruzamos el río. Este
puente, como todos los puentes de la ciudad, fue reconstruido tras ser
dinamitado en la segunda guerra mundial con motivo del
avance enemigo. Entre sus numerosas anécdotas, se dice que su arquitecto se
suicidó al percatarse de que los leones que custodian el puente no
tienen lengua.
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Leones sobre el puente de las Cadenas |
En Buda nos encontramos con una ciudad
mucho más señorial. Paseando tranquilas calles y parques, ascendemos
caminando hasta el castillo de Buda. Desde allí, las vistas son completamente
diferentes a lo que estábamos acostumbrados desde la orilla de Pest. Las panorámica de la Basílica y el Parlamento confeccionan una postal de los más pintoresca. Caminando
por su parte antigua nos encontramos un ambiente mucho más burgués, muy alejado
del espíritu bohemio y artístico de Pest.
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Ciudad antigua de Buda |
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Vistas de Pest desde el castillo de Buda |
Para cruzar hacia el otro lado, aprovechamos para darnos un paseo por de los
pulmones de Budapest, la Isla Margarita. Una isla en mitad del Danubio
convertida en parque, perfecta para disfrutar de un tiempo de relax y ocio. Se
puede recorrer paseando, en bus, o alquilando una de las bicicletas y coches a
pedales que se ofertan en cada esquina.
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Fuente central en Isla Margarita |
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Gente descansando en la isla. |
Otro de los clásicos de la capital Húngara es la Ópera de Budapest, uno de los grandes edificios de ópera europeos y con una de las mejores acústicas
del mundo.
Desde la parada de la Opera, montamos en la
que presume de ser la línea de metro más antigua del continente europeo (segunda
después de la de Londres), para llegar hasta otro de los emblemas de la ciudad,
los mayores baños medicinales de europa, las termas de Szechenyi. Varias
horas de circuito termal cargan de energía para continuar explorando la
ciudad.
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Interior de las termas |
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Exterior de las termas de Szechenyi |
Cerca de las termas encontramos la plaza de
los héroes, una de las plazas más impresionantes e importantes de la ciudad,
así como el City Park, el otro gran pulmón de la ciudad.
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Plaza de los Héroes de Budapest
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City Park |
Dicen que Budapest tiene dos caras diferentes, el día y la noche. Y es cierto que,
al caer la noche, la potente iluminación inunda de magia y vida esta ciudad. Los
diferentes Pubs y Ruin-Pubs abren sus puertas para dar paso a noches largas,
especialmente en la parte del barrio judío.
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Detalle de decoración del Instant |
Los Ruin-Pubs, todo un símbolo de la noche de Budapest, son además de una
atracción turística, la piedra angular en la fiesta nocturna de la ciudad.
Este nombre se debe al mal estado de los edificios en los que se han habilitado
estos bares desaliñados y con un rollo retro que aporta la esencia de este tipo
de locales. Entre ellos, destacan nombres como el Szimpla o Instant.
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Parlamento de Budapest iluminado
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Con lo más importante a las espaldas, nos despedimos
de la capital de Hungría, cogemos las mochilas, y ponemos rumbo a otra de las
capitales de Europa, Viena.
Texto: Enrique de Paz
Fotografía: Silvia Blanco
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